Reflexiones sobre el silencio y el lenguaje a la luz de oriente y occidente



Introducción

"¡Qué placer poder estar tan alto que ya no podamos pensar en nada!"
E.M. Cioran

Es una empresa difícil la elección adecuada de los aspectos más significativos del silencio
(y silencios) y el lenguaje a la luz del pensamiento oriental y occidental si tenemos en
cuenta los muchos y variados enfoques e interconexiones y no lo es menos vislumbrar la
verdadera magnitud de la misma. El gran número de posiciones adoptadas en los estudios
existentes, a la vez que deriva en una visión enriquecedora de la cuestión, pone en evidencia
un estado de precariedad continuo por el universo informativo que desconocemos y
del que no podemos hacernos eco; asimismo crea dificultades cuando llega el momento de
encauzar de manera adecuada los múltiples y heterogéneos enfoques y diseños. En efecto,
en el momento actual, el silencio y el lenguaje han sido presentados de innúmeras formas.
La amplitud y variedad de las aportaciones realizadas nos hacen sospechar que todavía dará
motivos a muchos escritos nuevos.
Una parte nada desdeñable del activo mental de nuestro universo interior está encastrada
en el silencio y de ésta nuestro intelecto tiene una información muy limitada, vaga y con-
fusa. Nos preguntamos, ¿cómo podemos hacer afirmaciones tajantes sobre cualquier cosa
sin contar con ese potencial?. La célebre proposición número siete del Tractatus logicophilosophicus
de Wittgenstein advierte: «De lo que no se puede hablar, mejor es callarse».
Según Rumi, «hay otras palabras y otras sabidurías, mejores y superiores, que no conozco».
Por su parte, Sciacca hace la siguiente reflexión: «Los límites de mi lenguaje significan los
límites de mi mundo». Y en el Tao te ching (XXIII, 68) leemos: «Ser parco en palabras
es acorde con la Naturaleza». Por último en la declaración de la Memoria de Wan Ling del
maestro zen Huang Po, manifestada además elocuentemente por los grandes sabios y maestros
de la India, encontramos la siguiente declaración: «Digáis de ella lo que digáis, ¿cómo
vais a tener siquiera la esperanza de acceso a la verdad, tan sólo con palabras? Ni siquiera
puede percibirse objetiva ni subjetivamente. De modo que plena comprensión sólo puede
llegar a vosotros por un misterio inexpresable. El acceso a ella se llama la «Entrada en el
Silencio más allá de toda actividad»».
Nuestra intención es apuntar hacia un marco de reflexión sobre el papel del silencio y el
lenguaje a la luz del pensamiento oriental y occidental y desplegar un abanico de posibilidades
de interpretación que nos permitan alcanzar un estado de la cuestión lo más esclarecedor
posible. Para conseguir este objetivos vamos a irrumpir con palabras en el ámbito del silencio:
«Un libro sobre el silencio no deja de ser una contradicción, pero es contradiciéndole
como se le entiende y afirma». (...)

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"Daímon". Revista Internacional de Filosofía, nº 56, 2012      María Teresa Román López