"Pedagogía del silencio"

(...)
El silencio es, pues, completamente necesario, para contemplar la
realidad en sus diferentes niveles y estadios. Contemplar quiere decir sentarse,
abrirse al mundo y observarlo atentamente con los ojos interiores. Contemplar
no significa sólo mirar atentamente la realidad, sino distanciarse y fijarla en la
retina del espíritu. Implica un doble movimiento: en primer lugar, de
distanciamiento, tal como lo entiende M. Scheler, y, en segundo lugar, de
impregnación de lo real en el espíritu del individuo.

 La contemplación, como dice acertadamente Aristóteles, es el preludio
de la filosofía, es el principio del ejercicio filosófico. Filosofar significa describir la
realidad en su intimidad y máxima profundidad, en su verticalidad diría Ortega.
Para poder adentrarse en los angostos escondrijos del ente real, hay que
adoptar una actitud de silencio, de atención, de contemplación total.

 Por tanto, la primera gran lección del silencio es la contemplación. Esta
contemplación puede enfocarse en muchos campos y direcciones. Puede
tratarse de una autocontemplación o de una contemplación natural o incluso de
una contemplación divina. En cualquier caso, la contemplación sólo es posible
en un clima de silencio interior y exterior. En plena agitación resulta absurdo
proponerse el acto contemplativo.

 El proceso de autocontemplación ya lo hemos expresado germinalmente
más arriba. Es el proceso a través del cual el actor se convierte en su propio
espectador. Este proceso implica una duplicación del yo y posibilita el
conocimiento personal por medio de la interiorización. En último extremo, la
autocontemplación desemboca en el inmenso interrogante de la identidad
personal.

(...)

"Pedagogía del silencio"   Francesc Torralba Roselló 
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Práctica meditativa

(...)
Cuando reparas en algo, dejas de arrojarte al todo.
Para venir a poseerlo todo, no quieras poseer algo en nada.
Para venir a serlo todo, no quieras ser algo en nada.
Para venir a saberlo todo, no quieras saber algo en nada.
Para venir a lo que no sabes, has de ir por donde no sabes.
Para venir a lo que no posees, has de ir por donde no posees.
Para venir a lo que no eres, has de ir por donde no eres. 

(Juan de la Cruz. Subida Monte Carmelo... I,13,11) 

Cada una de estas afirmaciones apela a lo existente ilimitado, pleno, aquí, en cada uno de nosotros. Apunta hacia la posibilidad de existencia plena cuando uno no se aferra a nada, ninguna posesión, ni posesión de sí mismo (otorgarse entidad, importancia); cuando se va más allá de la acumulación de conocimientos adentrándose en la comprensión silenciosa ... 
Que cada una de esas afirmaciones, una a una, vaya ocupando nuestra atención, sin prisa, impregnándonos, dejando que cada una pueda decir su verdad, sin interferir con otras ideas o conceptos... Nada. Dejar que cada una abra pistas, abra vías, silencie todo lo demás.(...)


Práctica meditativa nº 22
Teresa Guardans

Extraido de la web "CeTR. Hacia una espiritualidad laica". Para ver completo Clicar aqui



"El silencio del Buddha"

“La última razón del silencio del Buddha no nos parece que radique en la limitación inherente a todo sujeto humano, ni en la imperfección de nuestro conocimiento, ni en el carácter misterioso, oculto, de la realidad. Para decirlo con una palabra, la última razón nos parece que estriba en el hecho mismo de que la última realidad no es”. 

"El silencio del Buddha. Una introducción al ateísmo religioso"
Raimon Panikkar

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“Esforcémonos ante todo por callar y entonces, desde nuestro mismo silencio, se engendrará
en nosotros algo que nos conducirá al silencio.”

Isaac de Nínive


La historia del silencio


"– ¿Por qué ponían un pianista en los cines cuando las películas eran mudas? ¿Es soportable el silencio? ¿Existe realmente, o es sólo una acumulación de ruidos lejanos? ¿Qué resulta más irritante para nuestros nervios: el ruido o su carencia? En otro orden de cosas, ¿quiénes se han visto obligados alguna vez a guardar silencio? ¿Quiénes lo han hecho por interés, por incapacidad o depravación? ¿Quiénes han salvado a otros por omisión, quiénes los han condenado? ¿Se puede pasar toda una vida esperando respuesta a una pregunta? ¿Existe realmente el gran silencio, el silencio de Dios, o es sólo una metáfora de la ignorancia? ¿Puede ser hondo y profundo el silencio, como un pozo? ¿Se está cómodo en el interior de un pozo? ¿Por qué no se dice de los grandes silencios que son abiertos, como el espacio vacío y calmo del universo? ¿Puede el silencio ser riguroso sin resultar por ello artificial? ¿Has estado alguna vez en un velatorio? ¿No resulta que el único que se comporta con naturalidad es el muerto, y todo por culpa del dichoso silencio? Por otro lado, ¿se puede considerar el tipo de silencio más insoportable no recibir noticias de alguien muy querido durante veinte años, por poner un coto a nuestra dolorosa pero limitada capacidad de espera? ¿Por qué se dice romper el silencio y no liberar el silencio, o acallarlo, que sería muy poético y nos remitiría al zumbido en los oídos, que tan molesto resulta? ¿Por qué se dice de alguien que es muy silencioso como si anduviera por el mundo de puntillas, cuando en realidad resulta que habla poco? ¿Es hablar la forma más premeditada de romper el silencio? ¿Por qué resulta incómodo en una cena de amigos y no en el pico de una montaña? ¿Qué sucederá en las escasas cenas de amigos en picos de montañas? ¿Por qué guardar silencio puede ser lo más noble y lo más infame, si lo que se guarda es lo mismo? ¿Por qué no dices algo? Me estás dejando hablar sola. ¿Es el silencio, quizá, una traición al movimiento, y por lo tanto un anuncio fugaz del fin de todas las cosas? Cuando por fin calló Irene, su respiración agitada quedó suspendida en el aire inmóvil. Contemplé el paisaje despoblado sospechando que iba a ser muy difícil dar forma a todo aquello. Pero en la cabeza me bullían las ideas. Irene y yo nos miramos a los ojos, entregados ambos a esa actividad arrolladora, estrictamente silenciosa, que es el pensamiento. Tuve la extraña impresión de que todo a nuestro alrededor se detenía, en esa latencia inquieta que anuncia las tormentas más formidables."

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Pedro Zarraluki, "La historia del silencio"

Extraido del blog "Ojos de papel " 
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"La palabra es un río, pero el silencio es un océano"

                                                                                                                              Mawlânâ Rûmî (1207-1273)








OM MANI PEME HUM



Una explicación del mantra de Chenrezig (Avalokiteshvara en sánscrito), el Buda de la Compasión.
Por S.S. el XIV Dalai Lama.

Es muy bueno recitar el mantra OM MANI PEME HUM, pero mientras lo haces debes concentrarte en su significado, porque el significado de las seis sílabas es grande y profundo.

La primera sílaba está compuesta por tres letras A, U, y M. Estas simbolizan el cuerpo, el habla y la mente impura del practicante; también simbolizan el cuerpo, el habla y la mente puros y supremos de un buda. ¿Pueden el cuerpo, el habla y la mente impura transformarse en cuerpo, habla y mente pura? ¿O están completamente separadas? En todos los casos, los budas fueron seres como nosotros y, entonces, gracias al camino se iluminaron. El budismo no afirma que alguien desde el principio estuviera libre de faltas y poseyera todas las buenas cualidades. La purificación del cuerpo, el habla y la mente llega a través del abandono gradual de los estados impuros y su transformación en lo puro.

¿Cómo se logra esto? El camino se indica en las siguientes cuatro sílabas. MANI significa joya y simboliza los factores del método: la intención altruista de iluminarse, el amor y la compasión. Así como una joya es capaz de eliminar la pobreza, la mente altruista de la iluminación es capaz de eliminar la pobreza o las dificultades de la existencia cíclica y el sufrimiento. De igual forma, así como una joya cumple los deseos de los seres sintientes, también la intención altruista de llegar a la iluminación satisface los deseos de los seres sintientes.

Las dos sílabas siguientes, PEME, significan flor de loto y simbolizan la sabiduría. Así como un loto crece en el lodo sin ensuciarse con las faltas de éste, la sabiduría es capaz de ponerte en una situación sin contradicciones, donde de cualquier otra forma habría contradicción si no tuvieses sabiduría. Existe la sabiduría que comprende la impermanencia, la sabiduría que comprende que las personas están vacías de existencia sustancial, la sabiduría que comprende el vacío de la dualidad –esto es, la diferencia de entidades entre sujeto y objeto– y la sabiduría que comprende el vacío de la existencia inherente. Aunque hay diferentes tipos de sabiduría, la principal de todas estas es la sabiduría que comprende la vacuidad.

La pureza debe lograrse mediante la unión indivisible entre el método y la sabiduría; dicha unión está simbolizada por la última sílaba, HUM, que indica indivisibilidad. De acuerdo con el sistema del sutra, esta indivisibilidad del método y la sabiduría se refiere a la sabiduría afectada por el método, y al método afectado por la sabiduría. En el vehículo del mantra, o tantra, se refiere a una conciencia donde existen en forma completa ambas, la sabiduría y el método como una entidad indiferenciable. En términos de las sílabas semilla de los Cinco Budas Conquistadores, HUM es la sílaba semilla de Akshobya, el inamovible, el no fluctuante, aquel que no puede ser perturbado por nada.

Así, las seis sílabas, OM MANI PEME HUM, significan que a partir de la práctica de un camino, que es la unión indivisible del método y la sabiduría, puedes transformar tu cuerpo, tu habla y tu mente impuras en el cuerpo, el habla y la mente puras y supremas de un buda. Se dice que no debes buscar la budeidad fuera de ti, las causas para el logro de la budeidad están dentro de ti. Como dice Maitreya, en el Sublime Continuo del Gran Vehículo (Uttaratantra), todos los seres tienen intrínsecamente la naturaleza búdica en su continuo mental. Tenemos dentro de nosotros la semilla de la pureza, “la esencia de aquellos que han ido” (Tathaghatagarbha), que debe ser transformada y desarrollada completamente en la budeidad.










«Un libro es un fragmento de silencio en manos del lector.
Aquel que escribe calla.
Aquel que lee no rompe el silencio.»
                                                                                                                                  Pascal Quignard


"Mil nombres para el gozo"

"Lo que está sentado en la silla ahora mismo carece de nombre. Yo soy la experiencia de lo eterno. Aún con el pensamiento "Dios" ya he creado un "no-Dios". Y puedes sustituirlo por cualquier cosa: con el pensamiento "árbol", creo "árbol" y "no-árbol"; el mecanismo es el mismo. Antes de nombrar cualquier cosa, el mundo carece de cosas, carece de significado. No hay más que paz en un mundo sin palabras, sin preguntas. En el espacio donde todo ya tiene respuesta, en un silencio gozoso"

Byron Katie

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mikko lagerstedt






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No decía palabras...



No decía palabras,
acercaba tan sólo un cuerpo interrogante
... porque ignoraba que el deseo es una pregunta
cuya respuesta no existe,
una hoja cuya rama no existe,
un mundo cuyo cielo no existe.

La angustia se abre paso entre los huesos,
remonta por las venas
hasta abrirse en la piel,
surtidores de sueño
hechos carne en interrogación vuelta a las nubes.

Un roce al paso,
una mirada fugaz entre las sombras,
bastan para que el cuerpo se abra en dos,
ávido de recibir en sí mismo
otro cuerpo que sueñe;
mitad y mitad, sueño y sueño, carne y carne,
iguales en figura, iguales en amor, iguales en deseo.

Aunque sólo sea una esperanza,
porque el deseo es una pregunta cuya respuesta nadie sabe.

Luis Cernuda






"Tratamiento del término silencio y otros afines en algunos diccionarios de la lengua española "

  "¿Por qué se dice romper el silencio y no liberar el silencio (...)?"


(...)   ¿Por qué nos interesa el término silencio? En principio, hemos de precisar
que no se puede hablar de él, sino sólo en torno a él y en relación a la palabra.
El lenguaje es una arma de doble filo: por un lado disponemos del lujo del lenguaje,
las palabras son nuestro vehículo de expresión; pero, por otro lado, el
lenguaje es nuestro único modo de acceder a la realidad; como dice Sebastià
Serrano: "(...) El universo lingüístico nos arropa de tal forma que no podemos
salir de los límites que nos impone. No lo podemos observar desde el exterior
porque el más allá del lenguaje es impensable" ; la omnipresencia de la palabra
en el mundo de la comunicación es indiscutible, pero ¿qué papel ocupa el
silencio en este mundo? En principio el silencio es una estrategia comunicativa
más, y muy significativa, que necesita obligatoriamente de la contextualización
para ser entendido, aunque cuando intentemos hablar sobre él no tengamos
más remedio que acudir al sonido.
     Partimos del hecho de que en nuestra sociedad occidental el silencio es
un fenómeno rodeado más bien de connotaciones negativas; como dice Francese
Torralba:
"llenamos el posible silencio con palabras, músicas, canciones. Enmascaramos elsilencio con el verbo porque el silencio causa perplejidad. A través de la palabradomesticamos la extrafieza que causa el otro y entramos en un clima de familiaridad.Como dice acertadamente J.P. Sartre, la mirada del otro nos desnuda,nos fiscaliza, nos causa temor."
     Sin embargo, no debemos olvidar que, dado el carácter cultural y relativo
del fenómeno silencioso, este no es considerado de la misma forma por las diferentes
culturas. El silencio es mucho más respetado en el mundo oriental
que en el occidental6, donde contrariamente, el silencio causa perplejidad, extrañeza,
angustia, misterio, ingredientes poco amigos de la creciente seguridad
que anhela el hombre moderno

"Tratamiento del término silencio y otros afines en algunos diccionarios de la lengua española"
ROSA Mª MATEU SERRA

Universidad de Lleida
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