La historia del silencio


"– ¿Por qué ponían un pianista en los cines cuando las películas eran mudas? ¿Es soportable el silencio? ¿Existe realmente, o es sólo una acumulación de ruidos lejanos? ¿Qué resulta más irritante para nuestros nervios: el ruido o su carencia? En otro orden de cosas, ¿quiénes se han visto obligados alguna vez a guardar silencio? ¿Quiénes lo han hecho por interés, por incapacidad o depravación? ¿Quiénes han salvado a otros por omisión, quiénes los han condenado? ¿Se puede pasar toda una vida esperando respuesta a una pregunta? ¿Existe realmente el gran silencio, el silencio de Dios, o es sólo una metáfora de la ignorancia? ¿Puede ser hondo y profundo el silencio, como un pozo? ¿Se está cómodo en el interior de un pozo? ¿Por qué no se dice de los grandes silencios que son abiertos, como el espacio vacío y calmo del universo? ¿Puede el silencio ser riguroso sin resultar por ello artificial? ¿Has estado alguna vez en un velatorio? ¿No resulta que el único que se comporta con naturalidad es el muerto, y todo por culpa del dichoso silencio? Por otro lado, ¿se puede considerar el tipo de silencio más insoportable no recibir noticias de alguien muy querido durante veinte años, por poner un coto a nuestra dolorosa pero limitada capacidad de espera? ¿Por qué se dice romper el silencio y no liberar el silencio, o acallarlo, que sería muy poético y nos remitiría al zumbido en los oídos, que tan molesto resulta? ¿Por qué se dice de alguien que es muy silencioso como si anduviera por el mundo de puntillas, cuando en realidad resulta que habla poco? ¿Es hablar la forma más premeditada de romper el silencio? ¿Por qué resulta incómodo en una cena de amigos y no en el pico de una montaña? ¿Qué sucederá en las escasas cenas de amigos en picos de montañas? ¿Por qué guardar silencio puede ser lo más noble y lo más infame, si lo que se guarda es lo mismo? ¿Por qué no dices algo? Me estás dejando hablar sola. ¿Es el silencio, quizá, una traición al movimiento, y por lo tanto un anuncio fugaz del fin de todas las cosas? Cuando por fin calló Irene, su respiración agitada quedó suspendida en el aire inmóvil. Contemplé el paisaje despoblado sospechando que iba a ser muy difícil dar forma a todo aquello. Pero en la cabeza me bullían las ideas. Irene y yo nos miramos a los ojos, entregados ambos a esa actividad arrolladora, estrictamente silenciosa, que es el pensamiento. Tuve la extraña impresión de que todo a nuestro alrededor se detenía, en esa latencia inquieta que anuncia las tormentas más formidables."

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Pedro Zarraluki, "La historia del silencio"

Extraido del blog "Ojos de papel " 
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