Un anciano solía permanecer inmóvil durante horas en la iglesia. Un día, un sacerdote le preguntó de qué le hablaba Dios.
-"Dios no habla. solo escucha", fue su respuesta.
-"Bien...¿y de qué le habla usted a Dios?".
-"Yo tampoco hablo. Sólo escucho"
Tony de Mello