Simone Weil


"Te agradezco que me hayas hablado de tu vida cotidiana. ¿Echas de menos aún los pájaros del Pirineo? Yo no sé si el silencio no es más hermoso que todos los cantos. En un amplio paisaje, cuando el sol se pone o cuando amanece, no hay armonía más completa que el silencio. Incluso si los hombres hablan y hacen ruido alrededor, se oye el silencio que planea por encima y se extiende tan lejos como el cielo. Soy feliz de que tengas agua pura, el agua pura es algo bello. En África las noches deben ser muy claras y llenas de estrellas. ¿Las miras mucho?, ¿las conoces? Platón decía que la vista es verdaderamente valiosa porque nos hace conocer las estrellas, los planetas, la luna, el sol. Por mi parte me avergüenza decir que apenas conozco las constelaciones y sus nombres. Hace algunos meses me procuré un planisferio para acabar con mi ignorancia, pero no lo estudié porque pensé después que no necesitaba libros para mirar el cielo y que mirándolo a menudo y durante mucho tiempo puedo llegar a reconocer sin ayuda los grupos de estrellas y el movimiento del cielo como los pastores que inventaron la astronomía hace miles de años. No hay mayor gozo para mí que mirar el cielo una noche clara, con una atención tan concentrada que todos los demás pensamientos desaparecen. Entonces se diría que las estrellas entran en el alma."

                                                         Carta de Simone Weil, dirigida a Antonio Atarés, en 1941